Durante la celebración de la marcha que año a año se realiza en el Departamento de Rocha, en el denominado Camino de Wilson, se realizó un acto homenaje a Wilson Ferreira Aldunate al conmemorarse 34 años de su regreso del exilio.
En el acto coincidieron los Senadores Jorge Larrañaga, José Carlos Cardoso, el diputado Alejo Umpiérrez y la Presidenta del Directorio nacionalista Esc. Beatriz Argimón.
Durante la oratoria, el líder de Alianza Nacional y el Movimiento Juntos, Jorge Larrañaga expresó la relevancia de la lucha por la libertad y del rol que tuvo siempre Wilson Ferreira en esa lucha: «Wilson fue de los mejores exponentes de esta tradición que viene desde nuestro propio origen de defensa de la libertad».
Larrañaga hizo el paralelismo con lo que representa la lucha por la libertad hoy:
«la lucha por la libertad es eterna. Hay muchas formas de perder la libertad. Hoy se pierde libertad cuando se pierde el empleo, o cuando las oportunidades educativas para los hijos de los uruguayos están en función del bolsillo. Y también se pierde libertad cuando la gente vive con miedo, sin seguridad».
Llamado a la unidad.
En la oratoria se hizo además un llamado a la construcción de unidad partidaria:
«Nuestro Partido Nacional tiene que seguir luchando por la libertad y representar un camino de esperanza nacional. Nuestro Partido, más allá de las diferencias que podamos tener –que siempre serán pequeñas a la hora de hacer cuentas, porque nos demanda la historia y nos demanda el porvenir-, debe preservar la unidad. Necesitamos una unidad real, concreta, que sea la cadena que nos permita enlazarnos para llevar adelante este país. Este país necesita hoy más que nunca de la fortaleza, del liderazgo, de la construcción de ideas del Partido Nacional.
No podemos permitirnos no ganar la próxima elección.
Para eso precisamos unidad por encima de las diferencias. Siempre a los blancos nos fijan un estándar superior al resto en materia de unidad, y quizás tengamos que tener ese esfuerzo superior que nos ponga por encima de los avatares de lo cotidiano, de lo sectorial, de los temas que puedan dividirnos. No se trata de renunciar a las naturales diferencias ni de cumplir pretensiones de regimiento. No es eso. Se trata de responder a esa mayor exigencia de unidad. Cuidemos que las diferencias no vayan más allá de lo que la necesaria unidad pueda soportar. Y el limite siempre será el respeto por los compañeros y el respeto por la vocación principal que tiene el Partido desde su origen: poner primero a la gente y sus problemas. Primero, la gente. Primero la construcción de la alternativa de esperanza y cambio que precisa nuestro Uruguay».