Espacio de Columnistas
Reflexionaba en una columna anterior sobre la importancia de la educación. En realidad me he planteado cómo el contenido y las formas de esta área de nuestro país se han debilitado al punto de no tener claros sus horizontes.
En estos días se conoció la información de que ANEP y nuestra enseñanza secundaria, debate en sus escritorios la posibilidad de eliminar la repetición. Honesta y contundente fue mi sorpresa: nuevamente la facilidad existencialista de que lo simple es lo correcto.
El nivel educativo uruguayo ha marcado, desde Varela para acá, los mejores parámetros académicos. Leer, escribir, las cuentas: lo que parece básico nos destacó en el mundo por la baja en los porcentajes de analfabetos. De allí la esperanza del crecimiento, del progreso y el desarrollo de las personas y de la sociedad: si en algo fuimos pioneros fue en la equidad de la enseñanza y que cada uno pudiese forjar su futuro a razón de sus capacidades.
Para el presidente del CODICEN, Wilson Netto, la repetición no es una herramienta pedagógica en nuestro país. También considera que (y cito textual) “en Secundaria, al seguir a los estudiantes, un chiquilín hace todo un año y repite, hace segundo y repite, entonces sabemos que va a abandonar. Por eso tenemos que discutir el modelo de repetición”.
Ahora: ante semejantes afirmaciones, ante la cuarta revolución industrial que nos hace vivir la tecnología, ante niños y jóvenes que son una generación digital (nacen al celular como a la tecnología porque no conocen otra realidad) y los cambios estructurales que hasta el mundo del trabajo, del comercio y de las relaciones humanas tienen…¿no será hora de pensar en cambiar el contenido y repensar los programas educativos para que esos muchachos y muchachas no se pierdan en el aburrimiento, el hastío y la escasa implementación en el mundo real de lo que aprenden en las aulas?
Aburrimos a las nuevas generaciones: aprenden y adquieren conocimientos en todas partes menos en las escuelas, las UTU y los liceos. Lo que le enseñamos no es aplicable, no sirve, entonces se aburren y desertan y desaparecen del sistema, del mundo…el dilema de ellos y ellas no es estar “arriba o abajo” en la escala social: es estar “adentro o afuera” … y hoy los estamos dejando afuera.
Este gobierno no puede sentarse a pensar en si los alumnos no deben repetir: debe pensar en mejorar el contenido de la educación. Suficiente con 14 años de desorden, conceptos errados y educación con maestros que cobran atrasado…quiero otro modelo y voluntad política.
Estoy convencido de que es posible. Lo estamos quienes acompañamos el proyecto de Larrañaga. Hay que cambiar: podemos lograr que sea una realidad.
ALFRDO MARTINEZ – LISTA 32 – PARTIDO NACIONAL – COLONIA
