Con una presencia, que al igual que en todo el país, fue convocada mediante la virtualidad de las redes sociales, se realizó en Nueva Helvecia la Marcha del Silencio como cada año bajo el lema “Por verdad y justicia”
En la oportunidad, se compartió una proclama, en el sitio donde se recuerda a Nibia Sabalsagaray, en la cual se expresó: “el mundo se ha detenido. Una pandemia nos ha confinado en nuestros hogares, limitados al mínimo movimiento.
Se nos impulsa a paralizar nuestras demandas, nuestros reclamos, nuestras protestas como sociedad.
Todo queda supeditado a la prioridad absoluta de mantenernos sanos y sobrevivir.
Pero sabemos que habrá un mañana. Sabemos que nos reintegraremos a un mundo nuevo, difícil, diferente. En ese mundo habrá nuevas prioridades y nuevos desafíos. Sin embargo, nuestro reclamo de verdad y justicia seguirá imperturbable.
Una exigencia que solo finalizará el día que sepamos dónde están nuestros desaparecidos, y se conozca qué pasó con ellos. El día que la Justicia llegue a todos los responsables de los delitos de lesa humanidad que aún andan impunes por el mundo; y no importa qué edad tengan….. sino qué delitos cometieron.
Hasta ese día, seguiremos firmes en nuestra aspiración de verdad y justicia, convocándonos cada 20 de mayo en estas marchas silenciosas, serenas, cargadas de dolor y también de esperanzas; plenas de nostalgias por los que quedaron en el camino, pero también de orgullo porque dejaron sus vidas por sus sueños de un mundo mejor.
Nueva Helvecia ha estado presente en estas marchas desde los inicios, no solo por un sentimiento compartido con el resto de los uruguayos, sino también porque tenemos nuestras propias víctimas de la dictadura.
Un hijo de Nueva Helvecia está en la nómina de desaparecidos: Julio Escudero Mattos, empleado del Banco Hipotecario, secuestrado en plena vía pública y del que salvo testimonios de otros presos políticos, nunca más se supo de él por parte de su esposa, hija y demás familiares.
Y una hija de Nueva Helvecia fue asesinada por el régimen: la Profesora y escritora Nibia Sabalsagaray Curutchet, arrebatada de la pensión de los obreros lacacinos en la que vivía, para ser arrastrada a las mazmorras de un Cuartel, donde fue torturada hasta morir.
Si bien hubo Justicia en el caso de Nibia, al punto que se llevó a prisión al primer General en actividad condenado por delitos de lesa humanidad, aún nos resta saber qué pasó con Julio.
En este nuevo 20 de mayo, por todas las Nibias y todos los Julios, mantenemos encendida la llama del pedido imperecedero por Verdad y Justicia.
Para que cuando vuelva a salir el sol y su luz nos ilumine a todos por igual, se escuche la voz de aquellos que aun sabiendo, siguen sin decir. “
