Declaración del Congreso Socialista y propuestas para “vida digna”

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El 50° Congreso Ordinario del Partido Socialista “Guillermo Chifflet”, al finalizar sus deliberaciones, las que transcurrieron durante los días 2 y 3 de julio con la presencia de casi 600 delegadas y delegados electos por 120 organismos de base del Partido y la Juventud, representando localidades de todo el territorio nacional y también de Argentina, realizó la siguiente declaración:

1- Que saluda a las compañeras y compañeros que durante los últimos meses han sido partícipes de los debates de los organismos de base, discutiendo los distintos informes distribuidos y elaborando sus propios aportes, confirmando en la práctica una vez más los valores de democracia, pluralismo y participación de las y los socialistas uruguayos, que son y serán una seña de identidad de nuestro Partido.

  1. Que fieles a nuestro compromiso internacionalista y latinoamericanista analizamos una vez más los procesos globales y regionales en curso. Ese análisis nos lleva a afirmar que vivimos en un mundo cada vez más desigual, violento e injusto. La crisis civilizatoria que atravesamos y que expone y agudiza las contradicciones del sistema capitalista, al punto de poner en riesgo la supervivencia de la especie, nos convoca a construir urgentemente una salida superadora. Nuestro Partido vuelve a expresar hoy su solidaridad con todas las víctimas de los factores de poder capitalistas e imperialistas en cualquier lugar del mundo. A su vez en línea con nuestras definiciones de socialismo nacional de Patria Grande, manifestamos nuestra cercanía con las luchas latinoamericanas, las de los movimientos indígenas en Ecuador duramente reprimidos, las de quienes han conquistado la Asamblea Constituyente en Chile y el gobierno de Gabriel Boric, las que permitieron el histórico triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez en Colombia, y muchas más.
  2. Que ratificamos nuestro compromiso militante de acompañar a quienes más sufren por los efectos de la crisis que vive el país. Esta crisis nacional- que se inscribe dentro de la crisis civilizatoria global – se ve profundizada por las políticas del actual gobierno conformado por una alianza de derechas, expresión de la burguesía agroindustrial exportadora, la corporación militar y el capital financiero internacional. En estos años se transferirán 5 mil millones de dólares de trabajadores y jubilados al capital, socializando pérdidas y privatizando ganancias. Al mismo tiempo la mayoría de la sociedad uruguaya seguirá padeciendo las consecuencias de una ofensiva mercantilizadora sobre las empresas públicas y de una caída relevante del gasto publico social. Estas políticas de marcado carácter antipopular, generan una reacción de las organizaciones sociales, y en ese marco también se evidencia el carácter represivo de este gobierno hacia trabajadores y trabajadoras, estudiantes y el conjunto del movimiento popular.
    El Partido Socialista reafirma la decisión de enfrentar, desde la acción política y social, el proyecto concentrador, excluyente y represivo que se está llevando adelante, y forjar, a partir de una amplio proceso de participación, una alternativa.
  3. Que a los efectos de aportar en esa dirección nos proponernos asumir como una tarea central el desarrollo en todo el país de nuestro Partido Socialista, fortaleciendo su funcionamiento orgánico, dirigiendo nuestros esfuerzos a estar presentes en el territorio y las organizaciones del pueblo, al lado de las luchas sociales. A su vez nos planteamos la necesidad de ser generadores de espacios plurales de diálogo y elaboración que nos permitan desatar una imaginación
    política liberadora, potenciar y formar cuadros populares, e integrar a todas y todos aquellos que, de distintas formas, militan por una transformación radical de la realidad, interpelando a este sistema capitalista y patriarcal desde valores libertarios, autogestionarios y solidarios.
  4. Que consideramos que intentar trasladar mecánicamente respuestas de hace 10, 15 o 50 años a una realidad distinta es condenarnos al fracaso, por eso entendemos que no se trata de “volver” o restaurar el progresismo de la etapa anterior sino – parándonos en sus conquistas y asimilando los aprendizajes que surgen de una lectura crítica de ese proceso – lanzar propuestas para un nuevo modelo de sociedad. Vemos este proyecto no solamente como expresión de la resistencia anti-neoliberal sino como una propuesta integral de cambio social que entronque con los sueños emancipatorios del socialismo y vaya a la raíz de las desigualdades estructurales que existen en nuestra sociedad, es decir, una propuesta audaz, socializante y radicalmente democratizadora que apunte a la transformación integral de las relaciones de poder. En ese sentido hemos aprobado hoy una serie de orientaciones de trabajo que enmarcamos dentro de lo que denominamos “Bases para una Alternativa de Cambio Social”.
  5. Que en el escenario actual no podemos sino reafirmar el papel central e indelegable de la clase trabajadora uruguaya y de los sectores populares en cualquier estrategia de este tipo. Junto con la clase trabajadora consolidada y sindicalmente organizada, colocamos como un actor fundamental a las y los trabajadores informales precarizados (sin distinción entre nacionales y migrantes), a las iniciativas barriales y comunitarias, a las redes de economía social y popular, a los movimientos sociales que expresan a los márgenes de la sociedad ubicando como eje central de la lucha la reivindicación por una vida digna. En el mismo sentido reconocemos como un actor insoslayable de un proceso de cambio social radical a los movimientos feministas, a los colectivos que luchan por la justicia ambiental desde la perspectiva de una ecología social integral y a los colectivos comprometidos con la lucha por una educación y una cultura emancipatorias.
  6. Que tener iniciativa con una propuesta de este tipo en el momento actual implica varios pasos, entre ellos elaborar un proyecto de largo plazo para el Uruguay del Segundo Centenario, condensado en sus ideas fuerza centrales, expresado en un relato con fuerza convocante e identificatoria, capaz de expresar y alcanzar a las grandes mayorías nacionales y que implique avanzar decididamente hacia el cambio social que proponemos. En este camino creemos necesario promover la discusión sobre una imprescindible Reforma Constitucional, impulsando la recolección del 10% de las firmas del padrón electoral para que sea plebiscitado junto con la elección nacional de 2024.
  7. Que en lo inmediato las y los socialistas uruguayos, uniéndonos a la voz de las ollas populares y de tantas y tantos luchadores a lo largo y ancho de todo el país, entendemos imprescindible levantar el concepto de vida digna, concibiendo a la dignidad como una condición humana inalienable pero que sólo se realiza en relaciones sociales justas, y denunciando a toda forma de opresión, humillación, menosprecio y mercantilización de la persona humana como contraria a la posibilidad real de una vida digna para todas y todos. En ese marco, hemos aprobado 20 propuestas socialistas por una vida digna que difundimos junto con esta declaración.
  8. Que hoy como ayer, y como dijera tantas veces Guillermo Chifflet, somos “más frenteamplistas que siempre”, y comprometemos nuestro esfuerzo para que la fuerza política desarrolle su acción a lo largo y ancho del país, para forjar la alternativa de cambio por la que militamos. En el marco de la búsqueda permanente de la unidad y de los caminos que nos permitan profundizar el diálogo entre la izquierda social y política, reafirmamos hoy la línea que venimos transitando de construir junto con otros y otras un espacio nucleado en torno a coincidencias ideológicas, estratégicas y metodológicas. Las señas de identidad de ese espacio, que debe crecer y fortalecerse, pueden resumirse en: – una mirada poscapitalista, radicalmente democrática y antiburocrática; – una mirada feminista y de recambio generacional; – un énfasis ambiental; – una perspectiva libertaria y descentralizadora, – la vocación de promover el debate de ideas interno y en la sociedad, buscando que nuestras acciones en todos los frentes se articulen con objetivos de construcción colectiva y transformación social de mediano plazo. Un espacio de este tipo no
    puede ser un mero ámbito superestructural reducido a dirigentes y debe integrar componentes de coalición y componentes de movimiento, así como una lógica paritaria y una fuerte apertura a la novedad generacional.

Las y los socialistas uruguayos creemos que la mejor manera de enfrentar los tiempos que vienen es apelando a la “santa rebeldía” de la que nos hablaba nuestro entrañable José Pedro Cardoso cuando decía:
“Hay una fuente primigenia, una fuente original que siempre debe estar presente en los socialistas: la santa rebeldía. La santa rebeldía frente a la injusticia, frente a la desigualdad, frente a la explotación de una clase por otra, de unas naciones por otras, frente a la pobreza, frente a la miseria, frente a tantas desventuras.” Esta
“santa rebeldía” es la que caracterizó a nuestro Partido durante el proceso de discusión dentro del movimiento popular que nos permitió encarar el camino al referéndum.
Esta “santa rebeldía” nos mueve hoy a seguir luchando por radicalizar la democracia, por socializar la política y la economía, por construir lo nuevo desde la dignidad y la fuerza de nuestro pueblo.

Club Cordón, 3 de julio de 2022.

APROBADA POR CONSENSO

20 PROPUESTAS SOCIALISTAS POR UNA VIDA DIGNA

1) Revisión integral de la política de renuncia fiscal del Estado y aplicación de diversos instrumentos para limitar las ganancias extraordinarias y la concentración del capital.

2) Aumento sensible de las jubilaciones y pensiones más bajas, dentro de las que se cuentan casi 150 mil inferiores a 15.492$. Política salarial que garantice la recuperación sustantiva de los salarios sumergidos, un aumento significativo del salario mínimo y mecanismos que eviten la pérdida de salario real.

3) Apoyo al cooperativismo, la economía social y otras iniciativas de la economía popular, estimulando todos los formatos que no impliquen explotación del trabajo y que avancen en la democratización de la propiedad y la gestión (autogestión y cogestión) de las unidades productivas.

4) Apoyo a una genuina política de colonización, a la pequeña producción agropecuaria y particularmente a la agroecológica.

5) Utilización de todos los instrumentos de política económica y programación democrática para la diversificación productiva del país, estimulando la agregación de valor en actividades y proyectos que sean consistentes con los objetivos de distribución, democratización y justicia ambiental referidos en las demás propuestas.

6) Impulso de políticas que garanticen la soberanía y seguridad alimentaria de toda la población.

7) Promoción de una política social comunitaria, construida a partir de la escucha de las necesidades y potencialidades reales de las comunidades, apelando a la metodología de la educación popular y evitando cualquier práctica verticalista o tecnoburocrática que suponga concebir a las colectivos vulnerados como objetos de intervención o ayuda en lugar de como sujetos de su propia organización y emancipación.

8) Transformación educativa participativa, que destierre las lógicas gerencialistas y tecnocráticas y ponga en diálogo los saberes de todos los actores involucrados en la educación nacional para el fortalecimiento de una educación pública crítica, emancipatoria y verdaderamente igualitaria e inclusiva, que valore la diversidad humana en todas sus expresiones.

9) Política de convivencia que sustituya la lógica punitivista y de encierro que ha predominado en los enfoques sobre seguridad pública, por un enfoque integral que incluya aspectos laborales, de vivienda, educativos, recreativos, etc.

10) Inversión en ciencia y tecnología, propiciando la aplicación del conocimiento a la transformación positiva de las estructuras y de las condiciones de vida de la población, sin subordinar la ciencia y la tecnología a los requerimientos del mercado.

11) Protección ambiental que evite los desbordes del productivismo y el extractivismo, estimulando una relación justa con la naturaleza e imponiendo costos económicos y prohibiciones a las prácticas contaminantes.

12) Promoción del modelo cooperativo en materia de vivienda y hábitat, e impulso de programas de vivienda popular de distinto tipo con apoyos orientados directamente a quienes los necesitan para contar con un techo digno. Reforma urbana, entendida como proyecto popular orientado por la perspectiva del derecho a la ciudad, priorizando los intereses de quienes trabajan y viven en las ciudades en oposición a la especulación y apropiación capitalista del medio urbano.

13) Implementación de políticas que tiendan a la igualdad de género en todas las esferas de la vida, desde el ámbito doméstico y laboral al de la participación política. Revitalización del sistema de cuidados como forma de garantizar la autonomía de las personas y la corresponsabilidad en las tareas de cuidados.

14) Políticas de democratización del acceso a bienes culturales y de estímulo a la formación y creación cultural y artística.

15) Profundización de las medidas de promoción de la salud, enfatizando en la prevención y la igualdad en la atención, que valore la realidad social y sanitaria de la población.

16) Democratización del Estado y transformación administrativa apuntando a eliminar todas las formas de violencia institucional y a generar nuevos dispositivos de participación y descentralización que permitan incidir sobre los asuntos públicos desde la base misma de la sociedad. La transformación del Estado supone también su modernización y el abandono de las formas neogerenciales y mercantilizadoras de la gestión pública, que reducen a las y los ciudadanos y usuarios a meros clientes.

17) Reforma democrática de las FF.AA. -profundizando el camino iniciado con la nueva ley orgánica militar-, discusión de su rol y reducción drástica del Ejército (sin afectar puestos de trabajo y redistribuyendo funcionarios a actividades civiles). Transformación de la formación militar y de la política de cooperación internacional en materia de defensa.

18) Desarrollo de estrategias permanentes de democratización de la plusvalía tecnológica, impulsando en lo inmediato proyectos como la reducción de la jornada laboral y programas de formación destinados a trabajadores/as.

19) Supresión del lucro en la seguridad social y reforma del sistema sobre la base de un mayor aporte de los sectores capitalistas de altas ganancias y la eliminación de esquemas corporativos, sin imponer un aumento de la edad jubilatoria ni reducir derechos de trabajadores/as y jubilados/as.

20) Revisión y supresión de todas las políticas y líneas de cooperación que obstaculicen la integración regional e impliquen mayor subordinación a potencias imperialistas


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