Columna de Opinión
Por Gabriel Gabbiani – Edil Departamental
«Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta», dice el poema del británico John Donne (1572-1631).
La ausencia de Adrián Peña duele.
Es negación, ira, desolación, dolor e impotencia por la partida de un hombre joven.
Y será resignación.
Y resiliencia.
Porque esa es la condición humana: sobreponerse a la adversidad.
Duele como toda muerte, e incluso aún como todo alejamiento, pero más aún por tratarse de un correligionario que trabajó, y muchísimo, por el Partido Colorado, y que tuvo una destacada labor como diputado, senador y ministro.
Era un «producto» del auténtico Batllismo, surgido en Canelones, un departamento similar a Colonia donde ser dirigente no es fácil en virtud de las numerosas localidades que tienen, cada una, su impronta característica, distinta a las de las demás.
Tenía una capacidad de trabajo como pocos. Trabajaba casi 20 horas diarias, estaba comprometido con cada proyecto, con cada iniciativa. Era un organizador y un componedor, un forjador de acuerdos, un articulador, una cualidad extremadamente rara en la política donde la mayoría va al destaque personal de la mano del enfrentamiento directo, no a la conciliación y al entendimiento.
Asumió como ministro de Ambiente en una cartera sin presupuesto, sin sede y sin recursos. Y la fue transformando y mejorando al punto tal que hoy desde todas las filas se destaca su labor.
Como senador, en el último tramo de su participación presentó un proyecto para que los ingresos a las intendencias fueran únicamente por concurso o sorteo, pero hubo senadores que se opusieron a la transparencia y siguieron apostando por la oscuridad. No alcanzó su objetivo por apenas un voto.
Es difícil asumir que, con sólo 48 años, se haya ido.
Pero la muerte no tiene explicación.
No la pide, no la exige, no la da.
Llega. Y punto.
Y a veces lo hace inesperadamente.
Como en este caso.
Adrián se va a extrañar.
Mis condolencias a su familia, amigos y a todos los correligionarios del sector Ciudadanos y de todo el Partido Colorado.
Por él, ¡SIGAMOS ADELANTE!