La senadora del Partido Nacional, María de Lima, obtuvo el respaldo del Senado para su iniciativa de transformar infraestructuras edilicias de escuelas rurales sin uso en espacios sociales inclusivos. La propuesta será enviada a las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Primaria, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) – Dirección de Discapacidad, el Congreso de Intendentes y el Plenario de Municipios para su análisis y eventual implementación.
De Lima argumentó que la disminución de la matrícula escolar en zonas rurales ha dejado numerosos edificios sin función educativa, pero con potencial para atender necesidades sociales urgentes. “En lugar de ver estas infraestructuras vacías y en desuso, propongo que comencemos a transformarlas en centros sociales inclusivos, que atiendan necesidades urgentes de nuestra sociedad”, expresó en su intervención.
La legisladora detalló que estos espacios podrían ser utilizados para distintos fines, entre ellos:
- Centros para niños con TEA y autismo, adaptados a sus necesidades sensoriales y de seguridad.
- Centros recreativos para la tercera edad, con actividades y contención para quienes no acceden a propuestas privadas.
- Centros diurnos de contención y recuperación para personas con adicciones.
Como ejemplo concreto, mencionó el caso de la Escuela 106 en el paraje Molles de Miguelete, en el departamento de Colonia, donde vecinos han impulsado un proyecto para convertir el edificio en un centro de apoyo para niños con TEA. “Este caso es un claro ejemplo de cómo la reutilización de escuelas cerradas no solo da vida a infraestructuras en desuso, sino que responde a una urgencia social”, enfatizó.
Asimismo, destacó la experiencia del Centro Azul en Canelones, que ha demostrado la viabilidad y el impacto positivo de este tipo de iniciativas.
La senadora solicitó que las autoridades competentes analicen la posibilidad de otorgar en comodato estos edificios a gobiernos departamentales, municipios u organizaciones civiles para su adecuado aprovechamiento. “Aprovechar estos espacios no es solo una solución práctica, es una cuestión de justicia social y equidad. Es momento de transformar la infraestructura en desuso en centros de inclusión y esperanza para quienes más lo necesitan”, concluyó.