El 27 de agosto la Escuela Agraria de Rosario volvió a llenarse de vida y tradición con la celebración del “Día de la Juventud Rural”, una propuesta que por segundo año consecutivo convoca a estudiantes, docentes y funcionarios para rendir homenaje a la identidad del campo y a quienes la hacen presente día a día: los jóvenes.
La jornada comenzó al calor de un fogón, con guitarreada y mate amargo, como manda la costumbre. Allí, entre canciones y charla compartida, se dio paso a un programa que combinó lo recreativo con lo cultural.
Las actividades de campo marcaron el ritmo de la mañana, seguidas por la colorida remontada de cometas y la adrenalina del toro mecánico, que puso a prueba la destreza de los más osados. Juegos, desafíos y propuestas recreativas completaron una grilla que tuvo siempre como denominador común la integración y el disfrute colectivo.
Al caer la tarde, el escenario se encendió con un espectáculo en vivo que dio paso a un animado concurso de baile. La música, los aplausos y la participación del público transformaron el cierre en una verdadera fiesta.
El encuentro también tuvo su costado gastronómico, con un menú que hizo honor a la tradición rural: asado con cuero, martín fierro y tortas fritas fueron el deleite de los presentes, reforzando la identidad de una celebración marcada por las raíces y el sabor del campo.
La segunda edición del Día de la Juventud Rural dejó así una estampa clara: la fuerza de la juventud que vive y siente el medio rural, la importancia de reconocerla y el compromiso de seguir fortaleciendo espacios donde tradición y futuro caminen de la mano.



